domingo, 20 de abril de 2014

Volver a Nacer

Pasa siempre que luego de estar en una situación de riesgo, empezamos a revisar y cuestionar nuestra vida. Un accidente, un atraco, un evento natural, una enfermedad e incluso un incidente doméstico nos colocan en ese estado de introspección; Es poner bajo la lupa nuestras acciones, nuestros resultados y nuestros sueños engavetados. 


Un estudio realizado por William R. Emerson y que se describe detalladamente en su libro El Trauma del Nacimiento coloca sobre el tapete el estremecedor trance que pasa un infante desde el momento en que se separa del vientre materno hasta que da la primera bocanada de aire junto con el llanto de la vida. Sin embargo a pesar de lo tortuosa que llega a ser la experiencia, el resultado final es NACER. En ese momento comienza nuestro propio proceso de crecimiento y aprendizaje.

¿Será por esta razón que repetir experiencias de similar impacto emocional es el motivo para revisar y replantear nuestra vida?

Muchos de nosotros pasamos la vida transitando por caminos que no nos agradan ni satisfacen. Nos dedicamos a oficios que no nos apasionan, realizamos actividades que realmente nos desagradan, vamos cometiendo excesos que ponen en riesgo nuestra salud, sentimos fastidio de levantarnos cada mañana a retomar nuestra rutina y peor aún si cae lunes y no hacemos nada para cambiar ese estado hasta que se nos presenta otra situación intensa. Luego de que pasamos el susto es que sentimos que volvimos a nacer y adoptamos posturas y acciones que vayan más en sintonía con nuestra frecuencia, que nos vuelvan a poner en el camino de nuestros sueños o que nos ayuden a apreciar y agradecer, de mejor manera, las bendiciones con las que contamos.

Ahora me pregunto yo, ¿es realmente necesario repetir un evento traumático para tomar otro enfoque y rescatarnos de nuestra propia negligencia? ¿Acaso no es suficiente tortura estar viviendo una vida que sabes que no es para ti?

Seguramente ustedes conocen la fábula de la “Renovación del Águila” y de cómo ella a mitad de su vida pasa por un proceso fuerte y doloroso de transformación que la lleva a vivir plenamente 40 años más. Yo en realidad no quiero invitarles a que experimenten un proceso similar ya que creo que es suficiente drama el seguir viviendo una vida que no los satisface.
¿Hay mayor tortura que esa?

Considero mejor que se paren frente al espejo y se pregunten: ¿Es esta la vida que yo quiero?
Responder de manera negativa debería ser suficiente trauma. Realmente no necesitas más. Prefiero invitarte a que simplemente cambies tu enfoque, empieza a mirar la vida desde otro ángulo y toma acciones al respecto, rescata tus sueños, ve por ellos. Reinvéntate. Anthony Robbins lo explica claramente en una de sus múltiples conferencias: “Cambiar es tan sencillo como chasquear los dedos. Solo tienes que cambiar tus rituales.
Nacer pudo haber sido traumático una vez, pero parirte tu mismo puede resultar tan divertido como un paseo en la Montaña Rusa.

Vuelve a Nacer. Te deseo un buen viaje…

Te invito a leer mis artículos también por Inspirulina

martes, 4 de marzo de 2014

EL SEGUNDO PASO

Mucho hemos escuchado de lo importante y trascendental que es dar el Primer Paso. Diferentes autores nos hablan sobre la fuerza y el empuje que debemos tener para emprender un proyecto.
Casarnos, empezar una carrera, hacer dieta y ejercicios, montar un negocio, mudarnos, buscar empleo e incluso encontrar la paz, necesitan de esa leyenda llamada El Primer Paso.
Es como un grito que le damos al mundo anunciando la Gran Decisión que hemos tomado. Por lo general se necesita de mucho esfuerzo, romper barreras y enfrentar miedos para dar “ese paso”, pero una vez que lo damos esperamos que todo salga según el plan.
Luego del primer paso ya tenemos un mapa de qué hacer, dónde ir y qué encontrar… bueno, al menos eso creemos.
Y siempre, en algún lugar del camino, muy cerca del inicio, aparecen los inconvenientes. Esas cosas que no deseábamos ver, sentir o escuchar. Son esos obstáculos que no vemos venir hasta que ya es muy tarde para evadirlos. Un ente parecido al iceberg del Titanic. Para muchos de nosotros, un evento catastrófico que pone en duda la continuidad de ese proyecto que emprendimos.
Cuando atravesamos por esta situación empiezan las preguntas: Porqué a mí? Porqué ahora? Incluso nos ponemos místicos pensando que son señales de Dios y el Universo para avisarnos sobre el mal camino que elegimos. Siempre hay alguien que con la mejor de las intenciones nos dirá: “por algo será… lo que pasa siempre es lo mejor… no hay mal que por bien no venga”.
En momentos como estos, nuestra inteligencia emocional es muy reducida, pero si logras salir un instante del medio de la situación y colocarte en 3ra persona, intenta preguntarte que tan equivocado son tus sueños? Al principio parecían una excelente idea, verdad?
Los inconvenientes, creo yo, nos sirven para recordar el por qué y para qué hacemos lo que hacemos. Es un proceso que ayuda a calibrar nuestras acciones pero no para desestimar nuestra intención.
Acaso reprobar una materia nos hizo abandonar el liceo? Al contrario, una situación así nos hizo reconfigurar el plan para lograr el objetivo. Así como en este caso, se debe hacer todo lo demás en el resto de la vida.
Grandes acciones se han emprendido en la historia, pero sólo algunas lograron trascender en el tiempo.
Ya lo dije al inicio de esta nota, con el primer paso le gritamos al mundo sobre ese proyecto que estamos emprendiendo. Pero el Segundo Paso es un acto de fe. Es sobreponerse a las dificultades y seguir caminando. Los inconvenientes son gritos que emite tu sueño para que vayas por él. Y mientras más grande es tu sueño, más fuerte te va a gritar.
Así que si te encuentras frente a esta situación, afina tu estrategia, sacúdete el polvo, respira profundo y sigue adelante.

Espero que en el camino hacia tus sueños, la fuerza guie tus pasos hacia la trascendencia. Como siempre, te deseo un feliz viaje.

Te invito a leer mis artículos por: Inspirulina 

domingo, 12 de enero de 2014

EL PODER DEL ENFOQUE

Existen momentos que nos empujan a una introspección y a un cuestionamiento de nuestro propio ser. Esto suele ser muy común en época de Año Nuevo, Cumpleaños, haciendo la carta al Espíritu de la Navidad o simplemente un fin de semana cualquiera. Es como un repentino despertar del deseo de estar, hacer o tener algo distinto de lo que estamos viviendo.

Esos momentos de inspiración han generado cosas maravillosas en ciertas personas, siempre y cuando hayan sido acompañados de un efectivo Enfoque y, por supuesto, de una determinada Acción.
Cuando este flash de genialidad no está soportado de unas acciones que alimenten su energía, la persona por lo general termina desmotivada y hasta deprimida con la incómoda sensación de que perdió su tiempo pensando en pajaritos preñados.
Esto se debe a que no se supo combinar el poder creativo generado por la “idea” inicial con la estrategia derivada de un enfoque efectivo hacia el deseo presentado.
 ¿Cómo se logra esto entonces?
Lo primero es tener muy en claro una cosa: “Si uno tiene un deseo ardiente de conseguir algo, es porque se tiene el potencial necesario para lograrlo”. Tu mente inconsciente sabe que puedes lograr la meta propuesta, de lo contrario no se te hubiese ocurrido.
Lo segundo es determinar nuestra capacidad en lograr la meta planteada. Esto va a depender de nuestro conocimiento adquirido y/o la experiencia acumulada en relación al deseo que queremos alcanzar. Si estamos deficientes en este aspecto pues debemos prepararnos más, según lo requiera nuestro objetivo.
Y el tercer aspecto que debemos evaluar para lograr un Enfoque Efectivo es el Merecimiento… justamente aquí es donde aparece el cable pelado que termina saboteando nuestras acciones para conquistar el deseo planteado. Tenemos que estar plenamente convencidos de que merecemos tener, estar y hacer eso que dicta nuestros deseos porque de lo contrario estaríamos colocando las barreras que se interpondrán entre nosotros y nuestros sueños.
Me suelo encontrar con personas que manifiestan tener problemas de enfoque y por eso nunca alcanzan sus deseos, cuando en realidad lo que tienen es un problema de autoestima que los distraen de aquello que en realidad quieren lograr. Es decir, las personas saben enfocarse pero lo hacen justamente en lo que no deben y por ello no logran sus objetivos.
Para disfrutar del maravilloso poder del Enfoque Total debemos tener en cuenta:
·        El Potencial para lograr nuestro objetivo
·        La Capacidad para alcanzar la meta
·        Y el Merecimiento sobre eso que soñamos
Al tener alineados estos 3 aspectos, sólo queda entrar en la acción necesaria para llevar a cabo nuestro proyecto. Te aseguro que siguiendo estas recomendaciones vas a disfrutar, en un tiempo justo, de todos los sueños que tu mente y tu corazón planteen ante ti.

Buen viaje…

Foto cortesía de: Vanessa Rossi