He
de confesar que este no era el título del que tenía pensado hablar
originalmente. Mi idea inicial era hablar sobre los sueños y de cómo se debían alimentar
para poder encaminarnos hacia eso que tanto queremos; sin embargo, al empezar a
desarrollar la idea me tropecé con una pared llamada Autoestima.
Porque
cuando tenemos el sueño bien claro y definido, el camino y las herramientas se
van a abrir paso de cualquier manera para hacerse sentir. Pero qué pasa cuando no
nos atrevemos a soñar? O peor aún, qué pasa cuando simplemente no nos creemos
merecedores de eso que estamos soñando?
Muchas
personas pueden estar frente a esa pared en este momento. Sin atreverse a soñar
porque en algún tramo del camino perdieron la fe en sí mismos. Esto sucede
cuando por alguna razón desarrollamos creencias limitantes que ahogan con su
estructura nuestro máximo potencial. Experiencias acumuladas en nuestra infancia
y adolescencia pudieron sembrar en nosotros la duda sobre nuestra capacidad de
alcanzar grandes metas y de merecer bendiciones.
Romper
con estas creencias requiere de valor ya que se trata de borrar la información sobre
la cual están soportadas nuestras acciones diarias. Sin embargo, en el proceso
podremos re-descubrir a esa maravillosa persona que habita dentro de nosotros.
Empecemos
por identificar qué nos gustaría hacer y ser. Qué es ese algo que nos hace
suspirar? Qué es eso que nos mueve el piso? Sugiero que lo escriban en una
hoja en blanco en forma de columna. Luego nos toca preguntarnos qué aspectos
dentro de nuestra personalidad hacen jugada con eso que nos gustaría hacer. Qué
es eso que nos hace destacar de los demás en un momento determinado? No importa
lo pequeño que usted crea que esto pueda ser. Escríbalo en una segunda columna
al lado de la primera.
Ahora
empiece a hacer combinaciones. Qué es eso de la primera columna que combina con
los aspectos de la segunda? Con cada coincidencia haga una frase: “Esto que tanto quiero (______) se pudiera
realizar con esto que tengo (_____)”
En
este momento usted no solo está soñando, sino que también lo está afirmando por
escrito; Se dan cuenta? Haciendo este ejercicio frecuentemente fortalecemos
nuestra autoestima y empezamos de
manera fácil y sencilla a cambiar esas creencias que en un momento nos mantenían
sentados en el banquillo de nuestro propio juego.
Si
tomamos como válida esa frase que Rafael Echeverría nos comenta en su libro: Ontología del Lenguaje sobre que “la vida es el espacio de tiempo en el que
los individuos se inventan a sí mismos” entonces entendemos que
realmente no importa qué fue lo que no nos atrevimos a hacer hasta hoy o qué era eso que pensamos sobre nosotros en el pasado. Lo importante es que ahora
mismo tenemos la oportunidad de escribir nuestra propia historia, nuestra
propia vida.
Emprende tu propio viaje y luego cuéntame cómo te fue…
Hola Ruso, me gustó este artículo. Voy a agarrar esa hoja en blanco y a hacer lo que tú dices, porque no hay duda que, en eso de los sueños, también es cierto aquello de "escribe, que algo queda".
ResponderEliminaramar a la persona fundamental de mi vida: yo! conocerla, conocerme porque vivo con conmigo día a día y así con mis sueños como con todas mis capacidades, toda yo pues! gracias ruso. rosa
ResponderEliminarmuy buen articulo ruso gracias por compartir y muy facil ejercicio para practicar... ahora mismo me voy a hacerlo ;)
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