viernes, 27 de septiembre de 2013

La Motivación

Desde que tomé la maravillosa decisión de transitar por el camino del desarrollo personal, muchas son las personas espectaculares con las que he podido compartir y aprender mucho, pero sin duda alguna la que más influencia ha marcado en mí, hasta el momento, es Heiddy Sulbaran.

Recuerdo bien una de las tantas conversaciones que sostuve con ella donde hablábamos de la motivación y de lo difícil que se le hacía a las personas mantenerla firme y constante,  a lo cual ella me respondió: La Motivación la debemos renovar cada mañana así como renovamos nuestro cuerpo al tomar una ducha”.  
Estoy totalmente de acuerdo con Heiddy sobre ese aspecto porque si no tomamos como hábito el renovar cada día nuestra motivación, entonces la misma se va a desinflar o apaciguar. Sería como matar de hambre a una mascota. A la motivación hay que alimentarla constantemente porque de ella depende el impulso y la fuerza que empleamos para realizar las cosas.

Ahora bien, cómo mantenemos firme esa motivación?
Lo primero es tener claro y definido qué es lo que se quiere. Si no tenemos determinado cuál es el deseo, entonces no sabremos cual dirección tomar, para dónde mirar o qué hacer en un momento dado. Luego, debes conocer cuales herramientas posees para llevar a cabo esa meta. Saber cuales son nuestras fortalezas nos permite tomar un segundo impulso en momentos en que todo parece ir contra nosotros. Una vez que ya tienes claro qué quieres y con qué cuentas para ello, entonces debes comprometerte. Tienes que tomar consciencia sobre las consecuencias de lograr o de no lograr tu meta. ¿Qué pasa si obtengo eso que tanto deseo? ¿Qué pasa si no lo obtengo? Las respuestas a estas preguntas te permitirán fijar una actitud comprometida para con el sueño que te propusiste.

Teniendo todos estos aspectos cubiertos, debemos entrar a la acción y para ello necesitamos un plan; Debemos establecer una secuencia de actos que nos permitan de forma programada y sistemática llegar a nuestra meta. No te asustes con estas palabras, se trata solamente de fijar unos pasos y tener la consciencia de que ellos preceden a los próximos movimientos.
Si el plan falla, cambia el plan. Recuerda no dejarte manipular por las expectativas, sino enfocarte en los objetivos. No importa en cuantos intentos llegues a la meta. Lo importante es que llegues!


Como bien dice mi amiga: acuéstate soñando con lo que quieres y al despertar ve tras tus sueños. Estar desmotivado es como andar sudoroso; Con una buena ducha que te refresque, renuevas tu ánimo. 

jueves, 19 de septiembre de 2013

Expectativas

Hace un par de días le comenté a Quico Salazar, un amigo al cual aprecio y respeto mucho, que tenía la intención de escribir sobre las Expectativas a lo cual él me respondió con la siguiente frase: “las expectativas son la gasolina del mundo”.
Que hacer con tus Expectativas?
Me tomé días desde entonces para analizar qué tan cierto para mí era esa visión del término. Hasta éste momento, qué tanto de empuje o de gasolina había sido para mí las expectativas? Ciertamente casi todo lo que hice hasta ahora vino acompañado por expectativas. Y  considero que así lo es para la mayoría de las personas que conozco. Todas las veces que los resultados fueron acordes a lo esperado, esa expectativa pasaba a significar el motor y la gasolina de todo lo que hice para ese fin. Lo fue para mí y seguramente lo fue para ustedes.
Redactar y enviar un currículum donde el resultado sea que la empresa te llame, es cumplir con las expectativas. Invertir recursos en un proyecto o negocio donde al cabo de un tiempo genere ganancias, es cumplir con las expectativas. Inscribirte en la universidad y terminar graduándote con un empleo asegurado, es definitivamente cumplir con las expectativas. Puedo seguir exponiendo casos similares pero hasta aquí todo parece indicar que la definición que me compartió Quico es válida.
Bueno… si pero no!
Qué pasa cuando las expectativas no se cumplen? Si la empresa no te llama, si el negocio quebró o si no pudiste graduarte como lo tenias previsto, sigue siendo entonces la expectativa una gasolina que mueve al mundo?  O por el contrario, al no cumplir con la expectativa, tu mundo se detiene?  He de confesar que muchas veces mi mundo parecía detenerse cuando el resultado obtenido no cumplía con la expectativa.
Qué hacer entonces?
Recientemente asistí a una conferencia dictada por una reconocida coach internacional y ella comentó algo que repercutió en mi mente y al parecer logro pasar un switch con respecto a este tema. Ella habló sobre los objetivos y fue entonces cuando mi enfoque cambió y pude entender que era lo que tenía que hacer.
Si en vez de manejarme a través de las expectativas cuando emprendo alguna idea, intención, negocio, entrevista o proyecto, lo hago más bien enfocado desde objetivos? Porque vamos a estar claros, así la cosa cambia al momento de encontrarme con “resultados no esperados”.
Si convierto mi expectativa en un objetivo, entonces seguiré intentando por diversas maneras  el ir cumpliendo metas hasta obtener el resultado deseado. Si convierto mi expectativa en un objetivo, mi mundo no se detiene con un resultado adverso, sino por el contrario me impulsa a encontrar nuevas formas de llegar hasta al destino planteado. A los objetivos no les importan cuantas veces te caes, solo les importan las veces en que te levantas y sigues intentando. 



Genial todo esto de los objetivos verdad? Cambiando mi enfoque puedo cambiar mis resultados. Me gustaría conocer que expectativas te atreverías a cambiar para convertirla en objetivos...!

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Oportunidad

Estuve buscando una definición en Google sobre este término y lo que encontré fue lo siguiente: “Momento propicio para algo”.
Simple, verdad? Es una definición sencilla que explica claramente lo que es la Oportunidad. Entonces me pregunto, por qué es tan difícil de detectar para muchos de nosotros? Hay quienes pasan toda la vida esperando encontrar ese momento propicio para algo, hay otros que nunca logran encontrarlo y hay otras personas que siempre encuentran esa bendita oportunidad.
Eso me hace cuestionar la definición que le estamos dando al término. Será que lo estamos interpretando mal? No conseguimos el empleo que queremos porque no llegó la oportunidad; no habitamos la vivienda que soñamos porque no tuvimos la oportunidad; no le hablamos de nuestros sentimientos a esa persona especial porque no vimos la oportunidad; no vivimos la vida que quisiéramos tener porque la oportunidad nunca tocó a nuestra puerta.
Que levante la mano el que se sintió identificado con el párrafo anterior…
Pasa que eso que llamamos oportunidad, pensamos que es algo intangible; Algo que tiene que aparecer y anunciarse  para que podamos proceder. A las personas que siempre aprovechan las oportunidades les decimos sortarios. Mi abuela se refería a ellos como que “nacieron enmantillados”.
Creo que todo se refiere a un tema de actitud. Si estamos enfocados en vender o en comprar o en decir o en hacer, pues la “oportunidad” va a aparecer. Si tú estás realmente preparado para hacer algo, pues hazlo y ya. Justamente la oportunidad es una situación mental y de actitud que te condiciona para realizar una acción.
Les ha pasado que están con algún compañero de trabajo y él consigue cerrar el negocio que tú querías hacer o lograr el ascenso que tú querías tener? Como explican esto? Ambos estaban ahí, las condiciones eran las mismas para todos, pero sólo fue uno el que obtuvo el beneficio. Entonces ese “momento propicio para algo” donde estaba? Fuera de ti o dentro de ti?
La única oportunidad que tenía que aparecer era la de nacer y sin embargo hasta eso se debió a la ACTITUD que un espermatozoide tuvo con respecto a otros millones que también querían llegar al óvulo. De ahí en adelante todo depende de ti. Las oportunidades que tomas o dejas pasar están sujetas a tu pensar y a tu proceder.


Si vemos todo desde esa perspectiva entonces nos damos cuenta que la vida entera está llena de oportunidades siempre y cuando tú lo creas así… Y ahora que lo sabes, sigues esperando la oportunidad?